.
Abandonamos Triana, Sevilla, en compañía de Francisco que durante parte de estos días ha sido nuestros ojos en la ciudad. El nos enseño parte de la ciudad y él nos ayudo a salir de la mejor forma. En cuanto nos dejo en Mairena desobedecimos todo lo que nos dijo (sin querer claro) y en vez de tirar hacia donde nos dijo nos fuimos a otro pueblo.
.
.
Hasta Bollullos se acerca Vane que se queda a comer y a tomar un cafecito.
.
.
.
¿Pilas?… joder la cosa iba bien hasta que nos encontramos con un pueblo que nos hace recordar la de cabrones que se han quedado en la directiva de Cegasa, la empresa en la que trabaje durante más de siete años. Yo y otras doscientas personas nos vimos de alguna forma abocados al destierro. Desde aquí aprovecho a mandarles a tomar por culo a todos ellos. Y a decirles que cojan la bici y que canten de vez en cuando… «volando voy volando vengo y puteando a la gente yo me entretengo..»
Una recta de más de siete kilómetros nos acerca al Rocio. Acampamos en el camping La Aldea, en la entrada a El Rocio. Después de la ducha y de la cena me acerco con Miranda a ver el pueblo. Son la tres menos cuarto de la madrugada pero no tenemos sueño. Sacamos unas copas y aprovecho para escribir. Llevamos más de hora y media anclados en el un bar con una música que comienza a ponerme nervioso. No es flamenco. Es como un erre que erre, erre que erre donde la palabra Pasión, Rocio y Camino esta presentes en todas las canciones. Me da ganas de salir corriendo, enganchar el primer caballo y no parar hasta cansar al equino. Pero bueno para gustos musicales… yo lo siento pero con esto solo puedo un poquitin.
El Rocio tiene algo surrealista que me gusta. Por una lado parece que estamos en un pueblo Amish. Bueno salvando todas las distancias. Me gusta sorprenderme con la llegada de los jinetes a un bar o por ejemplo cuando de camino a la Iglesia de El Rocio se nos han cruzado varios carros. Otra cosa que me gusta es que las calles del pueblo están cubiertas de arena.
Justo antes del cartel de Doñana aparece el de Sevilla a nuestras espaldas. Nos preguntamos donde esta el de la entrada a Huelva y lo encontramos en la cuneta, tapado por los arboles y arbustos.
Pingback: Diario « subetealabici
Bueno chicos,sólo deciros k me parece una idea estupenda esta k estais llevando acabo para motivar a la gente a k monte en bici,Quiero daros las gracias x tratarme tan bien ayer en la comida y hacerme ese rato tan agradable,me lo pase genial,GRACIAS,espero veros muy pronto x Sevilla,nos kedo pendiente ese paseito x el Barrio de Santa Cruz y tomarnos ayi unas tapitas y una buena sangria ok,besos para todos y en especial para ti Arturo me alegro de haberte conocido y espero k nunca te olvides de esta chica sevillana k esta un poco loca.