Hacemos tiempo hasta que abren las puertas del Castillo de Loarre. La subida desde el camping no llega a dos kilómetros pero es bastante dura. Mientras Joseba actualiza su blog nosotros tres decidimos ascender sin el carro ni las alforjas. Las vistas desde el Castillos son buenas. Le contamos la peli de la vuelta a la península y nos ponen el precio como estudiantes… algo es algo.

Nos desviamos en Bolea hacia Chimilla porque hemos quedado con Samuel de «Huesca con bici».

Ya en compañia de Samuel nos guía hasta la alberca de Cortes, un pequeño embalsamiento que es aprovechado por las aves como lugar de nidificación.

La entrada a Huesca guiados por Samuel evita todo el trafico. Huesca es una ciudad pequeña, 50000 habitantes y se puede decir que casi casi la cruzamos para llegar a casa de Samuel. Él es la «cabeza» visible de Huesca con Bici y nos aloja en su casa sin reparos. La foto recoge el lugar donde deja él y su novia Maite las bicicletas. Y es también un ejemplo de que la bici puede ser un objeto util más que un estorbo.

El ático donde viven se convierte en nuestro garaje. Si hemos venido y hacemos escala en Huesca es porque al final coincide con una reivindicación para poder meter las bicis en el tren.

Samuel y Maite.

Ayudando a montar el tren.

Y esto no es solo un acto reivindicativo. El hecho de que los padres se acerquen con los peques a un acto así también habla de una educación que muchos deberían de seguir.

Nicolas, 4 años. Con 3 ya pedaleaba sin las pequeñas ruedas de atrás.