Los nervios no me dejan pegar ni ojo la noche antes de iniciar la aventura. No planifico mucho el equipaje y siempre a última hora. Lo que veis en la foto es el equipaje que pretendo llevar a Islandia. Digo pretendo porque después hubo cosas que se quedaron en casa. Hacer una lista en detalle quizás os pueda servir de referencia pero es verdad que cada uno amolda su equipaje al nivel de su exigencia. Además depende de la duración del viaje, del lugar de destino etc. Por ejemplo para ir a Islandia he echado, como el resto del equipo ropa de invierno. Y menos mal porque el sopapo que nos hemos dado el primer día ha sido grande. No ha hecho viento pero si que lo más notorio es la ausencia del sol durante todo el día. Me recuerda a las largas tardes de otoño en vitoria cuando entra el invierno y te pilla a paso cambiado.
Datos del día: Km día: 54,0 km. Vel. máx. 31,4 km/h Tiempo mov: 06 h. 14 min. Media en mov. 8.7 km/h Detenido: 01 h. 59 min. Media total: 6.6 km/h. Alt: 40 m
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Nos juntamos ocho de la expedición en el Aeropuerto. Tengo la sensación que esto es una especie de «gran hermano» porque muchos no se conocen entre ellos. Bueno ni yo conozco algún componente. De Bararjas volamos 3 almerienses: Ramón, Jorge y Francisco; Luis Miguel de Miranda de Ebro; Miguel «La Roca», de Añorga (Gipuzkoa), Lucia de Madrid, Samuel de Huesca y yo de Vitoria-Gasteiz. Desde Alicante volará unos días más tarde Gabrye y Francisco de Almeria. Y en Reikiavik nos juntaremos con Zubi, Eva, Nadia y Ekhi.
El vuelo dura 4 horas. Hemos cogido vuelo directo con Iberia express a un precio de 280 euros ida y vuelta con la reserva de la bicicleta hecha pero que se paga en mostrador (45 euros por trayecto). El carro de fibra de vidrio lo he metido como equipaje pagando un suplemento de 20 euros.
Llegamos a Keflavik a la 01:30 hora local. De día. Mejor dicho anocheciendo pero nunca llegando a noche cerrada. Frente al aeropuerto hay un espacio con dos bancos de bicicleta y la herramiento esencial para montar o desmontar la bici. Como nos gustaria que el resto de los aeropuertos tomaran conciencia y tuvieran un espacio así dedicado a todos aquellos que nos movemos de vez en cuando en bicicleta.
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Montar las bicis y salir del taller nos cuesta algo más de dos horas. Llevar las cajas hasta el trastero que hemos alquilado por 114 euros el mes (6 km. del aeropuerto) nos cuesta algo pero logramos llegar sin problemas.
Desmontando las cajas. Preparando las cajas de sidra, zumo de manzana y queso de Petritegi para la comida del 10 de julio en reikiavik. un tetris que el carro soporta durante 6 km. Más de 45 kilos.
Así llego con el carro y la bici al trastero.
El aeropuerto de Reikiavik es una encerrona para los cicloturitas. Es cierto que hay facilidades pero todas pasando por «caja». El famoso Guesthouse Alex es una ratonera. Te recogen la bici, te la guardan hasta que te vayas y te quedas a dormir una noche. El precio se dispara por encima de lo 80 euros por persona. Nosotros buscamos un trastero donde guardar las diez cajas de cartón y nos sale a 14 euros por persona.
Primeros kilómetros en Islandia
Al principio no nos sorprende mucho el paisaje. Al menos es una opinión generalizada en el grupo pero a los 25 km. todo cambia. aparece en el horizonte una central geométrica y detrás de ella unas fumarolas y en la otra dirección un faro y un acantilado. unos kilómetros antes de todo esto hemos parado en Hafnir. A nuestra izquierda hay un puente de unos 20 metros que une de forma simbólica las placas tectónicas Eurasiatica y Norteamericana.
. Camino de Gunnuhver
pedaleando por la Peninsula de Reykjanes.
.Geoparque de la Unesco
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Atraidos por el faro nos acercamos a la costa y un paisaje espectacular se nos presenta de repente. Los charranes sobrevuelan nuestras cabezas y alguno incluso se atreve a atacarnos para defender a sus polluelos.
.Faro en la penínsual de Reykjanes
Junto a la costa hay un paisaje bello, violento donde las olas embisten las rocas sin cesar. Se supone que hay frailecillos pero no logramos ver ninguno.
Piscina termal natural limitada acceso
Echamos la noche en el camping de Grindavik. El tiempo ha cambiado. Se ha echado un sirimiri y un viento que hace que incluso campistas que han colocado la tienda la tengan que retirar. ahora mismo a las 18:20 horas local se puede decir que ha llegado el invierno vitoriano.
En Grindavik nos acercamos a un supermercado «netto» que abre los domingos. Los precios de la comida son más caros que en España pero se puede hacer compra sin gastar mucho.
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Migueltxo! Haz bien el vacío!
Se os ve abrigados. Jobar, que envidia me dais.
Disfrutar a tope!
Un abrazo fuerte, de Juanlu.
Vaya ya empieza la aventura en sitios no conocidos, tiempos que recuerdan a noviembre en mi pais. Suerte y abrazos para Miguel
Lilo
Hola a todos! Todo muy bonito. A seguir bien